TAR HEEL, Carolina del Norte — Casi mil obreros de la carnicería Smithfield Packing Co., cesaron sus labores el 16 de noviembre en protesta contra despidos ilegales. Fue una muestra de fuerza por obreros sin sindicato, muchos de estos indocumentados, y en un área rural en un estado con leyes antisindicales. Esta compañía ilegalmente había despedido a obreros pro sindicales durante una campaña para organizar la unión laboral ahí en el 1994. En el 1997 acosaban y le daban palizas a los que apoyaban al sindicato cuando otra vez trataron de organizarse.
Eduardo Peña, del Eastern North Carolina Workers Center y organizador para el Sindicato Unido de Trabajadores de Alimentos y Comerciales (UFCW por sus siglas en inglés) ha trabajado con los obreros de Smithfield. Él cree que los obreros ganaron el momento en que salieron de la planta.
Contrario a los años previos, en vez de enfrentarse a la violencia e intimidación por la compañía, los obreros manifestaron pacíficamente en la misma propiedad de la compañía en el estacionamiento. Hasta armaron un sistema de sonido con electricidad del edificio principal de la compañía.
“Esto es actividad sindical protegida” por ley, dijo Peña, “y esta vez la compañía se vio obligada reconocer los derechos de los obreros. Porque esta vez los obreros se mantuvieron unidos y porque hay tantos cargos legales y de la Junta Laboral pendiente de las pasadas actividades ilícitas antisindicales que la compañía tiene mucho cuidado”.
Muchos obreros, hasta lo que todavía estaban trabajando, camisetas amarillas que dicen “Justice @ Smithfield” - Justicia en Smithfield.
El paro empezó cuando Smithfield despidió como 75 obreros porque la compañía recibió cartas de la Administración del Seguro Social que dicen que el número de Seguro Social de un empleado y los datos que tiene el Seguro Social no son iguales. La compañía dijo que no quería despedir a nadie pero que fueron obligados hacerlo. El UFCW señaló que la compañía no estaba obligada a despedir a nadie y que hasta la carta del Seguro Social especifica que estas cartas no se pueden usar para despedir a obreros.
Keith Ludlum fue uno de los obreros que despidieron durante la campaña del 1994. La Junta Nacional de Relaciones Laborales obligó a la compañía restaurarlo a su trabajo. Él fue uno de los que se fueron en huelga el 16 de noviembre. Las cartas solo fue la chispa, dijo él.
Hay gran resentimiento y frustración entre los obreros por una amplia gama de problemas que van de violaciones de normas de salud y seguridad a aceleración del paso de trabajo a condiciones de empleo, dijo Ludlum. “El chiste en la planta es que los puercos tienen más derechos que los obreros. Estos tienen la protección del USDA [departamento de Agricultura] y nosotros no tenemos ninguna sin el sindicato”.
Él notó que los que fueron al paro no eran solo los latinos, sino que incluyó muchos obreros afronorteamericanos y blancos. Trabajadores dicen que las latinas jóvenes jugaron un papel especial en organizar y ser dirigentes del paro.
Robert Dixon le dijo a Nuestro Mundo que lo obreros en la planta, hasta lo que tienen miedo salir en huelga, estaban apoyando al paro totalmente. La compañía tiene “tan poco corazón y es tan mezquina que todos tenemos historias de brutalidad e injusticia”, él dijo.
La novia de Dixon estuvo muy enferma y él tuvo que guiarla al doctor. La compañía le daba puntos contra él cada vez que tenía que salir temprano o llegar tarde por llevarla al médico. La compañía dijo que ella era solo una novia y no su familia. Entonces, cuando murió por su enfermedad, le dieron puntos en su contra por ir a la funeraria. “Todos nosotros apoyamos a los latinos y todos tenemos nuestras propias razones para querer un sindicato aquí”, él dijo.
El UFCW señala que el paro fue dirigido por obreros de la planta y no organizadores sindicales. “Estamos aquí para apoyarlos de cualquier manera que podemos”, dijo Gene Bruskin, director de organizar del UFCW, “pero ellos son los que están haciendo los planes y tomando todas las decisiones”. Los obreros dejaron correr un rumor que iban a salir en huelga el viernes, pero salieron un día antes para coger a la compañía no preparada. Ludlum dijo que la compañía estaba asombrada que los latinos se pararan. “Ellos tenían la certeza de que estaban atemorizados e intimidados” por las cartas del Seguro Social.
Entre 500 y 1.000 obreros de el primer y el segundo turno se quedaron en el estacionamiento todo el día del 16 de noviembre hasta tarde en la noche del 17. El jueves un grupo de 40 líderes del paro se reunieron para planear su estrategia y sus demandas. Ellos consiguieron ayuda del UFCW y la arquidiósis católica. La lista incluía ninguna acciones disciplinaria o retaliación contra los que tomaron parte en el paro, alto al uso de las cartas del Seguro Social para despedir a gente, y readmitir a todos los obreros despedidos.
Una reunión para negociar una resolución fue programada para las cuatro el viernes, pero la compañía cambiaba con quien se iba a negociar para resolver la crisis. Muchos de los obreros pensaron que la compañía estaba esperando para ver si la unidad de los trabajadores se desbaratara y volvieran a trabajar. La producción de la planta estaba impedida.
Mientras tanto, un obrero que oyó del paro en las noticias, y que fue despedido de un almacén en Clayton, Carolina del Norte, guió a Tar Heel para unirse al paro. Él reportó que en Clayton cinco fueron despedido de la misma manera. Él reportó también que en un día normal el almacén recibe 40 camiones lleno de lechón diario, pero el jueves recibieron solo tres. Trabajadores en la planta dijeron que la producción se estaba haciendo con solo una línea que andaba aun más lenta que normal.
La situación se puso más tensa la noche del viernes. La multitud en el estacionamiento creció cuando trabajadores del segundo turno se unieron a ellos y las expectativas estaban creciendo. Fue un día largo visto que la mayoría de los obreros habían estado en el estacionamiento desde la cinco de la mañana. A las 8:30 PM hubo un gran alboroto desde el frente de la planta. Los obreros ganaron.
La administración de Smithfield acordó aumentar el tiempo que los empleados tienen para responder a las cartas del Seguro Social. Los empleados despedidos pudieron volver a trabajar mientras bregan con las cuestiones del Seguro Social. No habrá más despidos. El departamento de Recursos Humanos designará a una persona para procesar las cuestiones de Seguro Social. No habrá ningún castigo contra los que participaron en la huelga. Y aun lo más importante, Smithfield acordó reunirse con un comité de 14 elegido por los obreros basado en un representante de cada turno en cada departamento para bregar con los problemas que tengan los obreros.
Un joven obrero latino saliendo de la planta lo resumió de esta manera, “Ganamos y seguiremos ganando hasta que tengamos nuestro sindicato”.
Para ayudar a luchar por la justicia en Smithfield durante la temporada navideña: www.smithfieldjustice.com/Holiday_Celebration/index.php.
Scott @ rednet.org
Obreros hacen huelga por indocumentados