Gigantesca protesta exigen recuento electoral

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MÉXICO, D.F. — Mientras crece las protestas públicas, incluyendo una de más de un millón y medio la semana pasada, para obligar a las autoridades a recontar desde cero los votos presidenciales mejicanos, más evidencia de fechorías electorales han salido a la luz pública desde las elecciones del 2.

Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de la coalición izquierdista Por el Bien de Todos, dijo el 16 de julio ante una manifestación en el Zócalo, plaza centra de esta ciudad, que ellos habían encontrado que 60 por ciento de las actas (resultados de votos de cada precinto) tenía algún tipo de falsificación. El porcentaje subió de los 30 por ciento de la semana anterior.

Defectos típicos incluyeron, votos que fueron más de los resultados reportados en las actas; votos por López Obrador que no fueron contados mientras los de Felipe Calderón, candidato por el derechista Partido Acción Nacional (PAN) fueron inflados; votos dado por López Obrador no igualan a los votos por los candidatos al Senado y a la Cámara de Diputados de sus aliados políticos. López Obrador dijo también que hubieron un millón y medio votos más que el número de gente que verdaderamente votaron.

López Obrador, que afirma haber ganado las elecciones presidenciales, dice que las grandes empresas y el PAN no tienen el derecho de imponer su propio candidato presidencial a través del fraude. Él se comprometió a continuar las protestas pacíficas para obligar que el Instituto Federal Electoral recuente los votos. Solo entonces aceptaría él los resultados oficiales.

La protesta del 16 de julio fue la más grande hasta la fecha. Un millón y medio marchó desde el Museo de Antropología hasta el Zócalo, donde el presidente Vicente Fox tiene sus oficinas. Protestas similares han tomado lugar a través del país.

Académicos de las facultades de física, química, matemáticas y ciencias de la UNAM hicieron público un informe que indica que en las elecciones hubo fraude con las computadoras y así produciendo una victoria para Calderón. El reporte le exige al Tribunal Federal Electoral recuente los votos usando un sistema de computadoras diferente a la del IFE.

López Obrador y su coalición también están protestando que el IFE ilegalmente abrió 40 por ciento de los paquetes electorales. Ellos afirman que el IFE no tenía el permiso del Tribunal Federal Electoral para abrirlas y que no habían representantes de otros partidos políticos para supervisar el proceso, como requiere las leyes. El IFE dijo que habían recibido permiso del tribunal federal para abrirlas. La coalición de izquierda teme que el IFE puede alterar los resultados de la votación para encubrir el fraude electoral.

El primer nivel de fraude empezó en los 50 mil centros de votación (de los 130.000) donde la coalición Por el Bien de Todos de López Obrador no tuvieron ningún representante para supervisar la votación, cosa que permitiría al PAN y Partido Revolucionario Institucional (PRI) manipular los votos. En algunos casos, oficiales del PAN y el PRI sobornaron a representantes de la coalición para que miren al otro lado mientras estos cometían fraude. En otros casos, defectos en las actas eran errores honestos por personal que no tuvo suficiente adiestramiento de parte del IFE.

El segundo nivel de fraude ocurrió dentro del IFE, dominado por oficiales del PAN y el PRI, según fuentes anónimas. Los programas de computación, que fueron proveído por la empresa Hildebrando del cuñado de Calderón, produjo una victoria para Calderón, borrando votos de López Obrador.

Mientras tanto, el PAN le está pidiendo al Tribunal Federal Electoral que no se rinda ante el “chantaje” de López Obrador. López Obrador y su coalición están retando los resultados nate el Tribunal Federal Electoral, que tiene hasta el 6 de septiembre para resolver la disputa y declarar un ganador presidencial. El PAN también está retando algunos resultados donde ganó su rival izquierdista.

El secretario del PAN, Arturo García Portillo, dijo que el llamado de López Obrador a que se recuenten los votos es un “pretexto” para esconder su intención de nunca reconocer la victoria electoral de Calderón. El PAN se opone a un recuento, diciendo que las elecciones del 2 de julio eran justas. Sin embargo, Calderón dijo recientemente que él apoyaría un recuento en algunos comicios.