No fue accidente, sino homicidio

Jack Spadaro, experto en cuestiones de seguridad en las minas, acusa a Robert Murray, dueño de las minas en Crandall Canyon, Utah, donde están atrapados seis mineros, de homicidio. Spadaro dice que la Agencia de Seguridad y Salud en las Minas (MSHA por sus siglas en inglés) bajo el dominio del gobierno de Bush es complice en el homicidio.

“Nada de esto debiera haber pasado”, dijo Spadero, su voz temblando de coraje. “Murray mató a estos mineros en el colapso y, después, en el rescate. Los rescatadores estaban trabajando bajo las mismas condiciones que causó el colapso. La MSHA tiene complicidad. Murray es un criminal”.

En 2004, Spadero se jubiló después de servir como el director de la Academia Nacional de Salud y Seguridad en las Minas, el centro principal para adiestrar a los inspectores federales de minas. Bajo el liderazgo de Spadaro el entrenamiento aumentó y los cursos fueron modernizados. La matrícula aumentó de 17.000 a 30.000 anual.

Spadaro compartió sus 38 años de experiencia como ingeniero en las minas de carbón, pericia ambiental, sobre inspecciones de minas y legal con una nueva generación de inspectores.

Él dijo que las crecientes muertes en las minas era el resultado de lo nombramientos del gobierno de Bush y su política de “cuidar a la industria”.

En el 2006, 47 mineros fueron a trabajar y nunca regresaron, el número más alto de muertes en las minas desde 1995. Para mitad de agosto han muerto 17 mineros, sin incluir los que están atrapados en Utah.

El 6 de agosto la mina de Crandall Canyon colapsó, atrapando a seis obrero casi 2.000 pies debajo de la montaña. A pesar de continuo movimiento de la montaña, el dueño Murray ordenó un rescate por la misma entrada que se había colapsado.

Los rescatadores sacan carbón tratando de llegar a los hombres atrapados. Ese carbón tiene un valor de cientos de miles de dólares que fueron a la compañía Murray Energy. No había una segunda entrada en Crandall Canyon, ni una vía de escape.

Gary Jensen, un inspector entrenado por Spadaro, murió en los esfuerzos de rescsate, junto con Dale Ray Black y Brandon Kimber. Estas son las primeras muertes de rescatadores en cien años de minar carbón en Utah.

“Yo hablé con Gary y él le advirtió a Murray Energy que la operación era muy peligrosa”, dijo Spadaro. A pesar de advertencias y citaciones por la MSHA en mayo, la compañía ordenó a los mineros seguir usando el método de extraer el carbón que llaman en inglés “retreat mining”.

Este método deja columnas de carbón que sostienen el techo y después extraen ese carbón al revés de la parte más lejos a la entrada hasta la entrada que colapsa el techo.

“Murray compró esta mina en agosto 2006”, continuó Spadaro. “La compañía anterior había dejado las operaciones porque ellos decidieron que era muy peligroso. Ellos usaban el método responsable de muro largo y el único carbón que quedaba era en la columnas. Son grandísimas, mide 120 pies de altura y 80 pies de ancho. Ese fue el carbón, o sea, las ganancias que Murray quería. Es extrayendo a lo barato”.

Le tomó a Murray Energy solo dos días para conseguir el permiso de l Distrito Occidental de la MSHA para extraer el carbón con el método “retreat mining”.

La indignación de mineros, residentes locales, oficiales público elegidos, y el sindicato de mineros hizo que la compañía Murray Energy reanudara el rescate después que habían anunciado que lo estaban cesando para seguir con la producción. Aunque los mineros en Crandall Canyon no están afiliados al Sindicato de Obreros de las Minas, las leyes federales permite al sindicato representar a los mineros cuando hay cuestiones de salud y seguridad.

Para el 28 de agosto se había taladrado un hoyo desde la cima de la montaña para bajar una cámara fotográfica robótica en el pozo en busca de los mineros atrapados.

La MSHA ordenó a Murray Energy parar la producción en la cercana Tower Mine que tiene una profundidad de 2.200 pie, una de las más profunda en el país. Murray le dio de baja a 170 obreros y les ofreció empleo en Illinois y Ohio.

El gobernador Jon Huntsman, que ha estado en el sitio del desastre desde el 6 de agosto, creó por primera vez en la historia la Comisión de Seguridad en las Minas de Utah. Esta incluye a Dennis O’Dell, representante del sindicato de mineros. La comisión empezó una investigación del colapso de la mina.

Para principios de septiembre, el Senado de Estados Unidos tiene vista públicas programadas sobre el desastre.