En busca de un Ecuador major

Redactado por cuestión de espacio

El ascenso de Álvaro Noboa, según los últimos reportes, cogió a todos por sorpresa. El esfuerzo de Rafael Correa de ganar la campaña presidencial en la primera vuelta ha encontrado el muro de contención que ha construido el servicio de inteligencia de la Embajada de Estados Unidos en el Ecuador, los medios de difusión masiva en manos de la oligarquía y la derecha nacional para descarrilar las aspiraciones del pueblo pobre y humilde del país.

Desde tiempos remotos el ascenso de las causas justas a situaciones de poder ha sido de los más difíciles. Los intereses creados en el interior del país, como fuera del país, han interpuesto una resistencia sin tregua. El padrino y socio económico de la oligarquía latinoamericana es el gobierno de Estados Unidos y sus agencias especializadas como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y últimamente la Organización Mundial de Comercio.

El pueblo del Ecuador quiere mantener buenas relaciones internacionales con todos los países del mundo, sobre la base del mutuo respeto y apego a las normas del derecho y cooperación internacional. Pero condena que se vuelva a reeditar las descaradas intervenciones armadas de las agencias de inteligencia del gobierno norteamericano como el derrocamiento de gobiernos nacionalistas, legítimamente.

Ahora en Ecuador lo que queda es prepararse para la segunda gran vuelta electoral mediante la construcción de alianzas políticas con los sectores afines a este gran proyecto del pueblo, como las organizaciones del magisterio, de los profesionales, de los sindicatos de obreros, de choferes, de servidores públicos y privados, el estudiantado, amas de casa, jubilados, el campesinado, y el gran indigenado ecuatoriano.

Las bases en las que se asienta este proyecto, en primer lugar es la defensa de la dignidad de la nación, frente a la venta y entrega deshonrosa de sus derechos cuando hablamos de sus recursos, de su derecho en relación con el Tratado de Libre Comercio, de su soberanía cuando hablamos de la entrega de la base militar de Manta, de su futuro nacional.

La década perdida de los 80s, el aparatoso colapso de las recetas fondo monetaristas en la hermana república Argentina, hace cuatro años, la persistencia de la catástrofe económica que para el país representa tener el 70 por ciento de la población bajo el nivel de pobreza, por mencionar unos pocos ejemplos, no significa absolutamente nada para los candidatos a la Presidencia del Ecuador, que ponen al sistema económico de mercado como la solución para todos nuestros problemas. Esa también es la línea política del acaudalado candidato de la oligarquía ecuatoriana, que está en la segunda vuelta, Álvaro Noboa, que recita esos objetivos políticos de la derecha política ecuatoriana, en una forma antinacional, sin el menor apego a la defensa del honor nacional y sin ruborizarse por el atentado de entrega a la voracidad yanqui de lo que no es de el, ni de sus aliados políticos, sino del pueblo ecuatoriano.

En nuestros países subdesarrollados, en los que la mala distribución de la riqueza, ha creado esta división de pocos individuos con acceso a capital y el resto se quedan mirando al cielo, el sistema de mercado que propusieron los centros de poder económico, lo único que hace es concentrar mas la riqueza en ese circulo limitado de poseedores y los demás se quedan en la calle. Entonces el sistema no funciona en un país donde la mayoría de la población esta fuera de la circulación monetaria, ni siquiera en forma de salarios por el tremendo desempleo. Entonces proponer ese sistema como panacea del desarrollo económico del país, es una receta para desarrollo económico a cumplirse en un siglo o nunca.

El triunfo electoral de Correa en la segunda vuelta significa defensa de la soberanía nacional, al preservar nuestra neutralidad frente al problema político de Colombia, porque se elimina la principal causa de habernos involucrado en el conflicto al haber autorizado a los Estados Unidos establecer una Base militar en Manta, desde donde el imperio yanqui puede golpear a discreción a las fuerzas irregulares de la Guerrilla Colombiana, cuando las operaciones de defensa de la “democracia” colombiana lo requiera.

El triunfo electoral de Correa significa recuperar los recursos naturales de la nación que están en manos extranjeras. Significa dar trabajo a la clase trabajadora a partir de programas de acción para facilitar servicios básicos a la gente oprimida, como comida, salud, educación, vivienda, seguridad, y programas de construcción de infraestructura, como una red vial nacional, que enlace los centros vitales del país; significa terminar con la emigración, o sea con la salida forzosa de nuestros compatriotas a trabajar en el exterior, bajo condiciones de abuso, discriminación racial, peligro y muerte en el camino del destierro.

Ante el espectáculo de una masa inmensa de pobres en el país, lo que el Ecuador necesita es un régimen de gobierno en el que a nadie le falte lo necesario para vivir, incluyendo un formidable sistema de salud y otro educativo, rodeado de la satisfacción de haber logrado un respeto internacional, al lado de nuestros hermanos latinoamericanos y de la alegría que es el cultivo de nuestra cultura, de nuestros deportes, de nuestro turismo.