Corporaciones que dependen de fondos de trabajadores lucha contra derechos laborales

Las organizaciones sindicales y laborales del país se movilizaron trayendo cientos de trabajadores a Washington, DC para apelar a que sus legisladores, ambos en la Cámara de Representantes y en el Senado, vote en favor del proyecto de ley que permita a los empleados organizar una unión laboral con más facilidad – la Ley de Libre Opción para Empleados – en el mismo día que se introdujo, 10 de marzo.

Sharmont Little, trabajador afiliado al Sindicato de Empleados de Servicios Local 1199 en New Haven, Connecticut visitó a su senadores para cabildear en favor del proyecto. Asistentes de ambos, Chris Dodd y Joe Lieberman, le dijeron a Little y la delegación de Connecticut que “ambos son fuerte partidarios del proyecto EFCA [por sus siglas en inglés], pues se ve bien”, nos dijo Little en una entrevista con este reportero.

Pero el cabildeo de clase trabajadora no es lo único que se siente en esta campaña favorable a los trabajadores. Las corporaciones están también comprometidas a lo opuesto – conseguir que el EFCA pierda. Citigroup, corporación financiera que recibió más de $50 mil millones de fondos públicos, auspició una conferencia telefónica el 11 de marzo para planear estrategias de corporaciones en como pelear que promulguen la EFCA.

Glenn Spencer, alto ejecutivo de la Cámara de Comercio de Estados Unidos, le dijo a los participantes en esa conferencia que la ley “impedirá que las compañías competan efectivamente” de acuerdo a un reportaje en Huffington Post. Dan Pedrotty, director de la Oficina de Inversiones de la AFL-CIO, comentó, “Tenemos una compañía sobreviviendo por la bondad de los contribuyentes entrando en una batalla en contra de trabajadores que quieren mejorar sus vidas”.

Jay Timmons, vicepresidente ejecutivo nacional de la Asociación Nacional de Manufactureros, le escribió a cada miembro del Senado tildando el proyecto de ley pro derechos laborales como “una de las amenazas más directas en contra del crecimiento económico, retención y creación de empleo”.

Entre las corporaciones afiliadas a la Asociación Nacional de Manufactureros están las compañías automotriz como la General Moters, que recibió decenas de miles de millones en dólares de fondos públicos mientras despidieron a miles de obreros. La gran mayoría de los fondos vienen de contribuyentes de clase trabajadora.

Little dijo que él ha trabajador en el Hospital Yale de New Haven por cinco años. Él dijo que el hospital el peor ejemplo de una compañía que hace chanchullos para mantener a los trabajadores no organizado en el sindicato. “Hemos estado luchando por diez años para conseguir que acepten a nuestro sindicato”, él dijo. Los trabajadores en el hospital consiguen entre $3 y $4 menos que en los hospitales sindicalizados en la Universidad Yale. Little dijo, “Necesitamos esta legislación para nivelar el juego para que los trabajadores tenga una oportunidad justa de ganar sus derechos sindicales”.

Él se rió de las afirmaciones de las corporaciones que posan como defensores de una elecciones mediante voto secreto conducidas por la Junta Nacional de Relaciones del Trabajo (JNRT). “Cuatro veces hemos tenido una mayoría de 1.400 trabajadores que firmaron tarjetas en favor de la unión laboral. Todas las cuatro veces Yale encontró una manera de obstaculizarlo. Nunca tuvimos una elección”, dijo Little. Las compañías tuercen las reglas de la JNRT para bloquear o demorar las elecciones, dijo, agregando que las compañías usan el tiempo para quebrar la unidad de los trabajadores y frustrar sus deseos de tener representación sindical.

En realidad, la Ley de Libre Opción para Empleados provee a los trabajadores con la opción de pedir una elección a través de la JNRT. No obstante, si la mayoría de los trabajadores firman tarjetas autorizando a un sindicato representarlos, eso es suficiente para certifica a la unión laboral.

El Huffington Post obtuvo cintas de la reunión telefónica de las corporaciones el pasado 17 de octubre. Los ejecutivos de las corporaciones y sus agentes se mostraban agitados, buscando maneras de elegir suficiente candidatos del Partido Republicano al Senado para contrarrestar el EFCA.

“Tres días después de obtener $25 mil millones en fondos federales, la corporación Bank of America, fue huésped de una reunión telefónica... para organizar la oposición a la Ley de Libre Opción para Empleados”, reportó el Huffington Post.

El jefe de Home Depot, Bernie Marcus, dijo a los participantes, “Si los detallistas no tratan con esto, si no han gastado suficiente dinero en las elecciones, si no ha enviado dinero a [el senador] Norm Coleman [que perdió contra Al Franken, que apoya al EFCA] y todos esos otros, deben ser fusilados. Deben ser botados de sus jodios trabajos”.

Él tildó la promulgación de la EFCA como la “desaparición de la civilización” y agregó “si no hay suficiente republicanos operando como contrafuego después de las elecciones, será difícil defender contra esto”.

Coleman se niega a reconoce su pérdida a Franken y está demandando en los tribunales. Si Franken gana la demanda, los demócratas tendrán 59 escaños en el Senado. Solo una menos de la supermayoría necesario para sobrepasar las tácticas obstruccionistas. La EFCA está casi garantizada que pasará en la Cámara de Representantes. Una vez pase el Congreso, Obama ha prometido firmarla y hacerla la ley.

Entre las otras corporaciones participando en la llamada telefónica contra la EFCA estaba la corporación de seguro AIG, que recibió $170 mil millones en fondos públicos. AIF acabó de anunciar que pagó $160 millones a sus ejecutivos en bonos extra. La administración de Obama y el público en general han criticado estos bonos a los ejecutivos de una compañía que estaría quebrantada si no fuese por los fondos de los contribuyentes, en su mayoría trabajadores.

La tal llamada “Coalición pro un sitio de trabajo democrático”, grupo de patronos, puso anuncios en la televisión creados por Navigators Global, una empresa de relaciones públicas cuyos clientes incluyen las compañías Coors, Home Depot y Wal-Mart, todas corporaciones que han luchando en contra de que sus empleados sean sindicalizados.

Una de las vicepresidentas de Navigator Global es Rhonda Bentz. Bentz era integrante del comité de finanzas de John McCain, candidato republicano para la presidencia. Ella también fue voluntaria para las campañas de Bush y Cheney durante las elecciones robadas del 2000 y 2004. También fue parte de la directiva de la campaña de Norm Coleman.

Otra vicepresidenta de Navigator Global es Mary Cheney, hija del ex vicepresidente Dick Cheney. Ella fue asesora alta en las campañas de su padre y Bush. También fue una ejecutiva de Coors, la cervecería que ha luchado en contra de sus empleados tratar de formar sus sindicato.