Programa para combatir la crisis económica

Aquí publicamos parte del discurso del presidente del Partido Comunista al Comité Nacional el 21 de marzo.



Debido a la profundidad de esta crisis, desde mi punto de vista, la administración [de Obama] inevitablemente tendrá que considerar medidas de gran alcance.

De prioridad en mi lista están:



1. Gastar aun más dinero y más extenso contra la crisis, para animar y sostener una plena recuperación y cumplir con las necesidades humanas, algo que jamás fue logrado bajo el Nuevo Trato.

2. Aprobación a la Ley de Libre Opción para los Empleados, para restaurar el balance entre los trabajadores y el capital en lo económico y político.

3. Un comercio restringido y acuerdos comerciales que tengan como fundamento la protección y el avance de los intereses de la clase trabajadora internacional.

4. Igualdad de condiciones de vida para las minorías raciales y las mujeres.

5. Amnistía, un camino fácil hacia la ciudadanía y plenos derechos democráticos para los inmigrantes indocumentados.

6. La transformación de la educación, el cuidado de niños y el cuidado de salud en “zonas sin lucro”.

7. La redirección de capitales de inversión de las inversiones improductivas (gastos militares, la finanza, etc.) a las inversiones productivas para una economía “verde” y para la infraestructura pública.

8. Un cambio en la dirección de la política exterior de nuestra nación hacia la cooperación, el desarme y la diplomacia.

9. Una guerra total contra el calentamiento global.

10. Un compromiso serio y sostenido de asistencia a los países en vías de desarrollo que se encuentran amarrados en la pobreza y la miseria.

11. Cooperación global a nuevo nivel, con un nuevo contenido. Ya se acabó la época cuando el imperialismo norteamericano estaba capaz de imponer su voluntad a todo el mundo; la verdad es que ya no hay estado que posee el capital político, económico y ideológico como para ejercer una influencia dominante sobre los acontecimientos mundiales. El mundo ya es multipolar, y eso no va cambiar pronto, especialmente mientras surjan nuevos estados. China en primer lugar, y nuevas configuraciones de poder regionales llegan a ser las nuevas realidades globales.

La situación actual es muy distinta a la que existía a fines de la Segunda Guerra Mundial, cuando prestaba el imperialismo norteamericano estabilidad, coherencia y reglas a un nuevo orden global capitalista. Ahora ningún estado goza de esa capacidad, de esos recursos ni de esa legitimidad. Estas nuevas correlaciones de poder a escala mundial pueden ser oportunidades o peligros. Es imprescindible la unidad mundial de la clase trabajadora.

12. La democratización de la vida económica, comenzando con una toma democrática de control sobre la finanza, la energía y otras industrias cuyo futuro resulta problemático si se quedan en manos privados.



Resulta imperativo un sistema financiero de propiedad pública, así como la eliminación del sistema bancario “fantasma” y de los derivativos exóticos.

Debido a sus actividades especulativas, ya se encuentran insolventes los bancos y las demás instituciones financieras. Diría la simple justicia capitalista que deben absorber los mismos dirigentes financieros, accionistas y dueños de bonos sus propias pérdidas. ¿Por qué deben pagar los platos rotos los contribuyentes para estos grandes jugadores del casino financiero?

Dicen algunos que las instituciones financieras son demasiadas de grande como para dejarlas fracasar. Pero, ¿acaso no han fracasado ya, y espectacularmente? Dirían algunos que “Sí” a esa pregunta, pero siguen insistiendo que si los bancos van a la picada, los resultados serán catastróficos. Nos recuerdan estos del pánico y la congelación crediticia consecuente del derrumbe de Lehman Brothers.

El peligro del pánico, de la fuga de capitales y del desorden en los mercados bursátiles no puede descontarse sin más. Ya están ampliamente y profundamente integrados los mercados financieros a escala mundial, tanto verticalmente que horizontalmente, probablemente más que cualquier mercado en la economía global. Como consecuencia, hay riesgo que estos se derrumban abruptamente y de repente, sembrando el contagio a otros países, regiones y a todo el mundo.

A pesar de esto, una reforma radical al sistema financiero, y aquí yo incluiría al Banco de Reserva Federal, tiene buen sentido tanto a plazo corto como largo. Nos falta un sistema financiero eficiente, flexible y bajo control democrático que pueda asistir en la colocación de dinero para los usos productivos a nivel doméstico e internacional.

Pero lo que provoca la ira de la gente trabajadora es el hecho de que se están destinando sus contribuciones al rescate a ladrones sin recibir nada en cambio, solo más y más deuda para pagarlas en el futuro.