OSSIE DAVIS, 1917-2005 La voz de un movimiento

Ossie Davis, cuyo voz barítono y estatura elegante e inquebrantable lo hizo un gigante del teatro, de la pantalla y del movimiento pro derechos civiles, falleció el 4 de febrero a los 87 años de edad. Su figura paternal y suave iluminó las escenarios de teatro y las pantallas de televisión y del cine alrededor del mundo.

Pero para muchos lo sobresaliente es lo que hizo él en la escena de la justicia social. Su voz majestuosa era la voz de un movimiento.

Fue tierno cuando era necesario y resistente cuando los tiempos lo exigieron; su voz elocuente expresó el orgullo, la promesa y el dolor de ser afronorteamericano en EEUU.

Davis murió de causas naturales en su habitación de hotel en Miami, en donde se estaba filmando la película “Retirement” [Jubilación], en la cual también protagonizan Rip Torn, Jack Warden and George Segal, una película donde unas personas mayores dan un viaje por auto.

Davis y su esposa de los últimos 56 años, la actriz Ruby Dee, fueron puestos en la “lista negra” durante la época de McCarthy por sus opiniones políticas y “simpatías” comunistas; se atrevieron a apoyar a Paul Robeson cuando otras destacadas figuras afronorteamericanas fueron presionados a denunciar a ese gran actor y activista.

Activo durante la época del movimiento pro derechos civiles, Davis y Dee participaron en manifestaciones importantes por los derechos civiles durante los 1960s, incluso la Marcha en Washington, D.C. Davis fue uno de los oradores principales en los funerales de Martin Luther King Jr.

Davis y Dee recibieron numerosos honores conjuntos, incluyendo ser instalados en al Salón de la Fama de la Asociación Nacional para el Avance de Gente de Color (NAACP) en 1989, la medalla nacional de artes de la Casa Blanca en 1995, el premio de por vida del Gremio de Actores de Cine en 2000, y honores del Centro Kennedy en 2004. Los dos publicaron su autobiografía conjunta “Juntos en esta vida” en 1998 en la ocasión de su aniversario 50 de bodas.

Ellos rivalizaban los logros de otras parejas célebres, tal como Hume Cronyn y Jessica Tandy. En 1946, él hizo su entrada a Broadway en la obra “Jeb Turner,” donde conoció por primera vez a Dee. Se casaron en 1948.

Ambos tuvieron papeles principales juntos en películas y televisión, entre ellas, “Raíces: La Próxima Generación” (1978), y las películas de Spike Lee como “Do the Right Thing” [“Haz lo Correcta”].

Davis hizo su debut al cine en 1950 en “No Way Out” [Sin Salida], una película que también introdujo a Sidney Poitier. Nueve años después, siguió a Poitier como el protagonizante en “A Raisin in the Sun,” [Una Pasa Bajo el Sol] obra de Lorraine Hansberry en Broadway, una producción histórica en la cual Dee también tuvo un papel principal.

Pero fue la voz rica de barítono de Davis la que expresó el alma de la América negra. Davis entregó un elogio memorable para su amigo asesinado, Malcolm X, a quien Davis elogió como “nuestro propio príncipe brillante” y “¡nuestra masculinidad negra en vivo!” Repitió su elogio en su propia voz para la película de Lee, “Malcolm X” en 1992.

Hijo de un conductor de ferrocarril, Raiford Chatman Davis nació en Cogdell, Georgia, el 18 de diciembre de 1917. Llevando el nombre de su abuelo, el futuro actor recibió el nombre Ossie cuando un empleado del registro civil entendió mal a la madre de Davis cuando ella pronunció las iniciales “R.C.” en inglés.

Él hizo autostop a Washington, D.C., para asistir a la Universidad Howard, se graduó en 1938, y se mudó a la ciudad de Nueva York para unirse al conjunto “Rose McClendon Players,” basado en Harlem. Davis sirvió casi cuatro años en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial, principalmente como técnico médico en Liberia. Él también escribió y realizó piezas de teatro para las tropas.

Davis y Dee tenían a tres hijos – Guy, Nora y Hasna – y siete nietos.

Además de actuar, Davis también escribió, dirigió y produjo para el teatro y para el cine. En 1961, Davis hizo su entrada a Broadway como dramaturgo con la obra “Purlie Victorioso,” una comedia muy divertida y agudamente satírica sobre los derechos civiles en la cual él y su esposa tuvieron los papeles principales. En una obra que derrumbó, uno tras otro, los estereotipo raciales, en 1970 Davis colaboró en escribir el libreto para “Purlie,” una versión musical de la pieza de teatro. Ya se está planeando una nueva presentación de la pieza musical en Broadway para la temporada teatral que viene.

Fue su compromiso firme con la liberación y la libertad que le hicieron de Davis gran artista. Dijo Davis una vez, “No puedo imaginar cómo podría satisfacerme como actor o escritor sin ser comprometido a vivir una vida completa como ciudadano en este país en particular.”

Él apuntó que “Cada vez que conseguimos un trabajo y estuvimos cada vez en escena, Norteamérica nos miraba para hacer juicios sobre toda la gente afronorteamericana a base de apariencias, como hablaban, y se comportaban. Así pues, cualquier papel que tuviste fue implicado en la lucha para la identidad afronorteamericana. No pudiste escaparlo”.

Y gracias a ese compromiso, abrieron camino para una nueva generación de actores afronorteamericanos. Davis ofrecía una conferencia cada año en la Universidad Howard, y los estudiantes no pudieron tener suficiente de él.

Al ser otorgado los honores del Centro Kennedy, Davis dijo a la prensa, “Esto significa hacer lo que deseamos, sean lo que sean los riesgos. Y aquí, a fin de cuentas, usted sabe, el Centro Kennedy te dice que lo que hiciste, en nuestra opinión, fue bien hecho. Y, mejor que eso no hay”.

La Asociación de Equidad de Actores hizo una declaración el viernes que llamó a Davis “un icono en el teatro norteamericano” y que calificó a él y a Dee como “tesoros norteamericanos”. Las luces de las marquesinas de los teatros de Broadway fueron amortiguadas el 4 de febrero al subir el telón de las obras de teatro.