Nada nos detendrá

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Editorial

Murió Augusto Pinochet.

Por 17 años él dirigió un de las dictaduras más sangrientas del mundo con miles de muertos, torturados y desaparecidos. Sin en balde, miles celebraron en las calles de Chile al oír la noticia. Pero no es tiempo de solo celebración, sino de extirpar a todos los rasgos de la dictadura pinochetista.

Se tiene que alabar la decisión del gobierno chileno, encabezado por la presidenta Michelle Bachelet, de no hacer un funeral de estado para Pinochet. La misma Bachelet fue víctima de Pinochet.

Pero darle un funeral militar fue un crimen. Pinochet ha manchado al honor de las Fuerzas Armadas chilenas. Bajo su mando, igual con los otros altos militares traidores que tomaron parte en el golpe de estado contra el socialista Salvador Allende, las FFAA traicionó su histórico papel de respaldar a la Constitución de Chile.

Por eso fue que asesinaron al general René Schneider. Schneider se negó alzarse contra Allende, como quería la CIA de Estados Unidos. Schneider no se rindió, sino que defendió con solo una pistola.

Al contrario, Pinochet fue un cobarde. Al ser arrestado en Londres por crímenes contra ciudadanos españoles a petición de un juez de España, Pinochet fingió que tenía debilidades mentales y no podía ser juzgado por no saber lo que estaba pasando. El enojo del ministro británico fue aparente cuando al llegar a Santiago de Chile, Pinochet milagrosamente se curó. Cosa que hizo varias veces.

Pero el daño ya se hizo. Pinochet perdió credibilidad. Muchos lo vieron por lo que era — un asesino cobarde al servicio del imperialismo yanqui y vende patria.

La entrega de Pinochet al servicio del imperio fue motivada por “salvar” a Chile y al mundo del comunismo. En realidad contra los pueblos que se alzan, sea por vía pacífica o armada, por su liberación.

Pero ni el golpe de estado pinochetista, ni la contrarrevolución en los países socialistas de Europa puede parar a la marcha de la historia hacia la liberación de los pueblos.

En vez de un “Nuevo Orden Mundial” de control eterno por el imperialismo, tenemos movimientos populares eligiendo a nuevos gobiernos comprometidos con una vía progresista hasta el socialismo.

Nada nos detendrá.