McDonald’s ‘No me encanta’

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Cuarenta y cinco trabajadores agrícolas de tomate, miembros de la Coalición de Trabajadores de Immokalee (CIW en siglas ingles), les encantaba la solidaridad de grupos estudiantiles, laborales, comunitarios y religiosos en las manifestaciones en San Louis y Chicago la semana pasada. Las actividades eran parte de la gira de los Trabajadores por la Verdad en McDonald’s — La Verdadera Gira por los Derechos — que viaja por 17 ciudades a través de la nación en lucha por salarios de vivencia y derechos de los trabajadores.

Casi 100 personas protestaron afuera de un McDonald’s de San Louis el 28 de marzo. Mas temprano un trabajador de tomate les dijo a los estudiantes de la Universidad de San Louis, “nos explotan cada día. Vivimos en pobreza extrema. A los animales se les trata mejor que a nosotros”.

Sales dijo que cosecha 125 cubos de tomates cada día por $50. Cada cubo, dijo, pesa 32 libras. “Trabajamos siete días a la semana, 10 a 12 horas por día”.

El labor de los trabajadores de tomates “es la esclavitud moderna”, dijo Sales. “Hablamos de trabajadores que se les obliga a trabajar. Sus cheques de pago se les roban. Se les abusan en los campos. Algunos reciben palizas”.

En Chicago cientos manifestaron en frente del Rock ’n’ Roll McDonald’s el 1 de abril. Universitarios se unieron como parte de una Semana Nacional de Estudiantes y Trabajadores por la Acción.

Un trabajador de tomate le contó al Mundo sobre sus condiciones de vida y trabajo. “Diez personas viven en un remolque porque no tenemos lo suficiente para pagar alquiler”, dijo.

“La gente que se beneficia de nuestro sudor son las grandes corporaciones como McDonald’s. Cuando te enfermas, te despiden. Te enfermas por los pesticidas”.

“Esto es una lucha de los trabajadores, una lucha por los derechos humanos”, el director organizativo del AFL-CIO Stewart Acuff le dijo a la multitud. “El derecho de organizar, tener dignidad y respeto, un salario de vida para el porvenir de nuestros niños, es un derecho humano de todos los trabajadores. Esta clase de lucha representa el corazón del movimiento laboral y por eso es que el AFL-CIO esta aquí en solidaridad”.

La mayoría de los restaurantes y cadenas de alimentos rápidos tienen acuerdos de códigos de conducta para los animales de fincas (para asegurar que sean tratados humanamente) pero ninguno para los trabajadores agrícolas. A los trabajadores del tomate se les excluyen de la Ley Nacional de Relaciones Laborales y no tienen pago extra por tiempo extra, seguro médico, licencia por enfermedad, vacaciones pagadas u otros beneficios.

Muchos son inmigrantes indocumentados. “El contratista no les pide documentos. A ellos no les importa”, Sales les dijo a los estudiantes de San Louis. “Vivimos en un acoplado sin agua caliente o sin aire acondicionado. Estas son las condiciones a cuales nos enfrentamos sin una voz”.

Pero los cultivadores también son parte del problema, dijo, “Las corporaciones son responsables. Son los que tienen el poder. Son los que compran los productos al menor precio posible. Nos tratan como máquinas. Cuando ya no podemos trabajar, nos tiran como basura. Hacen millones en ganancias, mientras vivimos en la pobreza”.

El CIW organizó un boicot exitoso de cuatro años contra Taco Bell y su compañía matriz Yum Brands. Taco Bell acordó establecer un código de conducta y garantizar la participación de los trabajadores agrícolas en la protección de sus derechos. Taco Bell directamente contribuye a un aumento en los salarios de los trabajadores del tomate. El CIW ruega establecer un acuerdo similar con McDonald’s.

Roberta Wood contribuyó a este informe.