Marcha por América

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Este domingo 21 de marzo, miles de inmigrantes y sus aliados, sindicatos, organizaciones comunitarias y religiosas van a marchar al monumento a Abraham Lincoln en Washington D.C. para exigir la aprobación de una reforma integral a las leyes de inmigración. 

Una reforma migratoria progresista que proteja a los derechos tanto de los inmigrantes como de los trabajadores nacidos en Estados Unidos es un paso esencial para resolver la crisis económica. Se estima que hay entre 10 y 11 millones de inmigrantes sin documentos, entre ellos por lo menos 8 millones en la fuerza laboral. Estos inmigrantes quieren afiliarse con los sindicatos laborales para que puedan luchar a favor de la justicia en el trabajo y en la comunidad juntos con los trabajadores nacidos en este país, pero no pueden porque su estado migratorio les priva de todos los derechos. Por lo tanto se encuentran obligados a aceptar salarios más bajos y las peores condiciones de trabajo. Esto mina la posición de todos los trabajadores en este país, reduce el poder de consumo de la clase trabajadora, y, a pesar de que los indocumentados sí pagan impuestos, priva los gobiernos federal, estatal y municipales de los ingresos extra que resultarían si los indocumentados pudieran ganar mayores salarios. La falta de derechos políticos de estos trabajadores también perjudica a la clase trabajadora en su totalidad. Además, se cree que hay unos 4 millones de niños de padres o madres indocumentados que son ciudadanos norteamericanos, quienes a diario enfrentan la cruel posibilidad de que sus madres o padres sean deportados. 

Las agrupaciones antiinmigrantes, con raíces en la ala más fascista de la ultraderecha, proclama a los trabajadores nacidos en los Estados Unidos que se les están "robando sus puestos de trabajo", agregando que una deportación masiva "abriría puestos de trabajo" para mas trabajadores nacidos en este país. Ya han lograron convencer a muchos, pero su forma de razonar es completamente errónea. Todo tipo de trabajadores, inmigrantes y no inmigrantes, con o sin documentos que ocupan puestos de trabajo en la economía crean la riqueza y participan en la economía en otras formas, como consumidores y personas que pagan impuestos, y que fomentan mas trabajos para otra gente. De no ser así, tendríamos que decir que cada trabajador que nazca "roba" potencialmente un puesto de trabajo de otro trabajador. El problema no es el de "robar puestos de trabajo" sino privación de derechos a los trabajadores, algo que debilita la solidaridad de la clase trabajadora. 

Un estudio reciente realizado por el "Center for American Progress" y el Immigration Policy Institute (Raising the Floor for American Workers: The Economic Benefits of Comprehensive Immigration Reform) concluye que la legalización a los indocumentados aportaría $1.5 billones al Producto Bruto Domestico de nuestro país en 10 años, además de generar miles de millones más en impuestos cada año. Esto sería la base para crear cientos de miles de nuevos trabajos que el pueblo necesita desesperadamente.

El legalizar a los indocumentados producirá mas puestos de trabajo, y no menos. 

Esto y la justicia fundamental, son motivos suficientes y más para luchar a favor de una reforma integral de las leyes migratorias, ahora mismo.

 

http://www.reformamigratoriaproamerica.org/marcha-pro-america/

 

Foto: Los estudiantes marcha por los derechos de inmigrantes mayo de 2009 en Chicago. Pepe Lozano/PW