Bush busca mantener tropas en Irak después de su presidencia

El comandante de las tropas en Irak, el general David Petraeus, junto con el embajador estadounidense en ese país, Ryan Crocker, fueron muy claro en sus testimonios ante el Congreso que el gobierno Bush planea dejar el desastre en Irak para el presidente que gane las elecciones el próximo noviembre. Pero aun, su testimonio indica que Bush intenta amarrarles las manos al próximo gobierno con un pacto que obligue la presencia militar, política y económica estadounidense en Irak.

El Comité de Amigos sobre Legislación Nacional (FCNL por sus siglas en inglés), el grupo cuáquero de cabildeo, advierte que el gobierno está planeando mantener hasta 14 bases militares permanentemente en Irak.

Desde abril del 2003, nota el FCNL, el diario The New York Times reportó que “EEUU está planificando una relación de largo plazo con el gobierno emergente de Irak, una que le dará al Pentágono acceso a las base militares y proyectará la influencia norteamericana en el centro de esta región inestable”.

Un año después el Chicago Tribune reportó que los ingenieros estadounidenses estaban enfocándose en construir 14 “bases perdurables”.

El proyecto presupuestario suplemental para la guerra en Irak que Bush firmó en mayo del 2005 proveyó dinero para la construcción de bases estadounidenses en Irak incluyendo “en algunos casos muy limitados, instalaciones permanentes”.

El gobierno está ignorando al Congreso dándose prisa para, antes del verano, firmar un pacto con los políticos iraquíes que garantice un papel permanente en su país para Estados Unidos.

Un resumen del acuerdo, fechado el 4 de marzo, y marcado “secreto” fue obtenido por el diario británico el Guardian. El pacto autoriza a EEUU a “realizar operaciones militares en Irak” sin límite.

En sus presentaciones antes el Congreso este mes, Petraeus y Crocker se negaron a hablar de un plan o un horario para poner fin al papel militar estadounidense en Irak. Pero una cosa sí que dijeron tenían una fecha límite y esa fue que tienen hasta el 31 de julio para finalizar un pacto de largo plazo con los líderes iraquíes.

Crocker insistió que este acuerdo no sería un “tratado” que requiere el permiso del Senado.

“No hay cuestión de que esto es algo sin precedencia”, dijo la profesora de la Escuela de Derechos de Yale al diario el Boston Globe reciente. “El país nunca ha entrado en este tipo de compromiso sin envolver el Congreso, punto final”.

Bush y sus auspiciadores tienen muchas ganas de sellar un trato antes de que se termine el mandato de la ONU para la ocupación en diciembre y antes de que Bush deje la presidencia. Ellos piensan hacer esto bregando con un gobierno débil iraquí. Un debate en el Congreso, cuya mayoría no está contento con la guerra, obstaculizaría el plan.

El FCNL está pidiendo a los votantes a presionar a sus representantes en favor de un proyecto del congresista William Delahunt, demócrata por Massachusetts, que no permita que Bush firme un pacto para una presencia militar de largo plazo en Irak sin el permiso del Congreso.

Los demócratas y algunos republicanos del Congreso retaron a Petraeus y Crocker, preguntándoles bajo cuales condiciones es posible una salida estadounidense de Irak. El senador de Massachusetts, Edward Kennedy, notó que Bush dice que no podemos salir porque aumentó la violencia igual que cuando baja la violencia. El senador dijo que no importa que pase siempre el presidente ofrece la misma “solución”, quedarnos ahí.

Cuando un vocero del gobierno dijo que las bases programadas en un pacto entre EEUU e Irak no decían “permanente”, el senador Jim Webb (demócrata por Virginia) respondió, “Hemos tenidos bases en Corea desde el 1953, de cualquier modo, y yo lo encuentro difícil decir que son ‘permanente’. ¿Por cuanto tiempo es permanente?”

Los senadores retando al general y al embajador incluían a los precandidatos presidenciales Hillary Clinton y Barack Obama.

Un sondeo en marzo de la cadena noticiosa de televisión CNN mostró que el público favorece un presidente nuevo que retire la mayoría de las tropas dentro de unos pocos meses después de entrar en el poder. La misma encuesta dice que 71 por ciento piensan que la guerra es una de las razones por los problemas económicos en EEUU.