Ya opinan casi tres de cada cuatro norteamericanos que hace falta un pronto fin a la guerra de Afganistán. Ya es la hora de presionarle al presidente Obama y a nuestros legisladores a que establezcan un plan de salida con un horario rápido de retirada.
Esta ya es, por bastante, la guerra más prolongada que nunca ha librado nuestro país. En Afganistán han caído más de 1.200 tropas norteamericanas, con decenas de miles de heridos. Solo en el año pasado fueron muertos más de 2.500 civiles no combatientes, con más de 3.200 heridos en situaciones relacionadas con el conflicto. En solamente dos semanas del mes pasado fueron muertos más de 200 civiles como resultado de operativos militares.
Occurió el 1 de marzo un ejemplo horrendo de la cuota de vidas civiles que ha cobrado esta guerra cuando nueve muchachitos de 9 a 15 años de edad fueron matados a balas por helicópteros de NATO cuando estaban recogiendo leña para sus familias en una zona desesperadamente pobre de las sierras altas de ese país. Uno de los jóvenes fue el único suporte para su familia, incluyendo a sus 13 hermanas.
En puros términos monetarios la guerra nos cuesta dos mil millones de dólares por semana, o cien mil millones por año, eso en un momento cuando líderes de ambos partidos andan sumamente preocupados por la deficit y los Republicanos de la cámara baja están tratando de destripar programas sociales a todos lados bajo el pretexto de la necesidad de recortar la deficit. Líderes politicos de ambos partidos están aumentando sus llamadas por un pronto fin a la guerra. El 26 de febrero el Comité Nacional Demócrata (DNC, por sus siglas en ingles) aprobó una resolución en su reunion anual declarando que el Partido Demócrata "apoya como prioridad la creación de trabajos y una retirada rápida a las fuerzas armadas estadounidenses y a sus contratistas militares en Afganistán," con un recorte "significante y appreciable" para julio de 2011 a más tardar.
La resolución fue ofrecida por la representante federal Barbara Lee, demócrata por California, con su copartidario del mismo estado, el representante Mike Honda, Donna Brazile, vicepresidente del DNC por el Distrito de Columbia, y Alice Germond, Secretaria del DNC por Virginia del Oeste. En el texto de la resolución subrayan que no hay resolución militar al conflicto, citando una encuesta Gallup divulgado el 2 de feb. indicando que ya favorece un 72 por ciento de norteamericanos una retirada acelerada de las tropas.
La resolución también dice que el Partido Demócrata reconoce el "enorme estrés" que han impuesto las guerras en Irak y Afganistán a las tropas y a sus familias, y que "están siempre comprometidos" a asegurar que tengan las tropas el apoyo necesario mientras estén desplegados, y el cuidado que estos y sus familias "necesitan y merecen" cuando vuelvan a casa.
La acción del DNC sigue a varias otras iniciativas ofrecidas por congresistas. El 25 de enero, la senadora federal Barbara Boxer, Demócrata por California, ofreció la S. 186, llamándole al Presidente Obama a ofrecer un plan para "redesplegar en fases las fuerzas de combate estadounidenses" comenzando el 1 de julio y fijando una fecha límite para su retirada completa de la guerra.
El 10 de febrero, el representante federal Lynn Woolsey, Demócrata para California, introdujo la H.R. 651 para prohibir "el acuartelamiento o presencia militar" de fuerzas norteamericanas en Afganistán, y pidiendo una fecha para una retirada "completa, segura y ordenada" de todos los soldados, contratistas, y empleados del Departamento de Defensa.
El 17 de febrero, Lee introdujo la H.R. 780, para limitar fondos para las fuerzas armadas de EEUU allí a solo lo que se necesita para efectuar una "retirada segura y ordenada de todas las fuerzas y todos los contratistas" norteamericanos. El día siguiente, los representantes James McGovern, Demócrata por Massachusetts, y Walter Jones, Republicano por Carolina del Norte, escribieron en el Washington Post que "los costos humanos y monetarios" de la guerra ya son "inaceptables," y llamaron por un "plan de salida por irnos de Afganistán, no un plan para "quedarnos cuatro años más, y luego a ver qué pasa".
Y el 25 de febrero, el Secretario de Defensa, Robert Gates, conminó a cadetes de West Point que el ejercito de EEUU no debe ser "transformado a un constabulario de la época de la reina Victoria, construyendo naciones, designado a perseguir guerrilleros, construir escuelas o tomar té".
Toda esta legislación merece nuestro apoyo total. Ha llegado la hora de llamar, escribir, o mandar un correo electronic a sus congresistas y senadores, urgiéndolos a inscribirse como copatrocinadores a las varias resoluciones y propuestas de ley. Y es el momento de comunicar a la Casa Blanca que queremos un pronto fin a la guerra, con la retirada complete de todo el personal militar norteamericano y relacionados, y una reconstrucción dirigida por el mismo pueblo afgano, con la ayuda de organizaciones internacionales.
Foto: soldados de EE.UU. parten la Base de Operaciones Baylough, Afganistán, 16 de junio, para llevar a cabo una patrulla. (Departamento de Defensa de la foto por el sargento Tremblay. William, Ejército de los EE.UU. / Lanzamiento)