Una palabra de las márgenes

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Pretoria, Sudáfrica -- La primera ronda de la Copa Mundial FIFA de 2010 ya está completa y, como de costumbre, repleta de sorpresas. Por primera vez en toda la historia de los juegos, la nación anfitriona ha sido eliminada en la primera ronda cuando Sudáfrica, tras una lucha valiente pero infructuosa, ganó 2 a 1 a Francia. Se puede decir que la ausencia del anfitrión ha conducido a una cierta depresión pero eso sería perder el punto por completo, porque siguen los juegos, los estadios siguen llenos, y a los africanos les encanta su fútbol. El júbilo está en el aire. Sudáfrica tuvo pocas posibilidades de ir muy lejos en el torneo, porque como miles de equipos locales en pueblitos por todo el mundo, surgieron unas estrellas de la selección sudafricana; pero, nunca se esperaba que iban a ofrecer gran obstáculo a los brasileños, los argentinos, y, como resultó, los uruguayos. No fueron pocos los sudafricanos que tuvieron pesadillas de perseguirle al brillante jugador mexicano, Dos Santos, por el campo de juego.

Hay algunos que dirían que sigue la pobreza y que el estadio quedará vacío después de los juegos, pero estos perderían el punto. Nunca dijo nadie en ninguna parte del mundo que se eliminaría la pobreza si Sudáfrica alcanzaría ser sede de la Copa Mundial Qué absurdo; Sudáfrica sigue siendo una nación profundamente empobrecida. Es cierto que hay reductos de riqueza extrema, pero la gran mayoría de la población tiene una vida precaria, enfrentando los desafíos cotidianos de la vida así como puedan. A los quince años de la derrota del régimen de apartheid en Sudáfrica, todavía nos enfrentan demasiados restos de la destitución. Tras la fachada de cercas y murallas pintadas por todo el país, existen casitas de lata esparcidos por todo el terreno que sirven como recordatorio de que los sueños de nuestros héroes vivos como Mandela, y de los combatientes caídos como Biko y Thambo, de una distribución equitativa de las riquezas y de un mejoramiento del estándar de vida para la gran mayoría de la gente de esta tierra aun no se ha realizado. Como dice la canción, nuestra condición en Sudáfrica es "Uhuru todavía no," porque Uhuru quiere decir libertad y liberación, libertad y liberación no solamente de las agonías de apartheid, pero también de la pobreza y de la opresión económica. Sudáfrica es un estado en desarrollo al igual que Uruguay, Paraguay, México, Argentina, Brasil y Botswana. Uno se equivoca si piensa que esos estados que tienen segmentos de infraestructura industrial y social están comparables en realidad a las economías desarrolladas de occidente.

Una nueva carretera o un nuevo estadio no significa una transformación de la sociedad, y demasiados de nuestros hijos y ancianos mueren todos los días por falta de acceso a un cuidado médico adecuado, cuyos costos quedan más allá del alcance de la clase media y de la gran mayoría de la gente trabajadora. La idea de celebrar la Copa Mundial en Sudáfrica tuvo como propósito mostrarles a los aficionados del fútbol por todo el mundo que estamos listos para ser anfitriones de un evento deportivo de primer rango, y la esperanza de que la gente que viene para los juegos vaya platicarles a sus amigos sobre las vistas y los sonidos maravillosos que encontraron durante su viaje a África, cuna de la humanidad.

Ahora, dejando a un lado los cuentos confusos de los males del fútbol y de la sociedad, el juego entre EEUU y Argelia fue una maravilla que ver. Los muchachos sacaron una victoria de las meras mandíbulas de la derrota, ganando una victoria esencial de 1 a 0 en los últimos segundos de la partida, así moviendo a la próxima etapa del torneo. Bailábamos y cantábamos hasta muy de madrugada.

En eso de animarles a los aficionados del fútbol a venir a Sudáfrica para los juegos hemos abierto una nueva ventanilla hacia el mundo. El deporte y el fútbol en especial son una clase de lenguaje universal. En el fútbol, no se puede restringir o limitar a los jugadores y a los aficionados a cualquier clase social, racial, religiosa, o étnica determinada. Cuando ves la partida no te importa nada que sea la persona en seguida un presidente de un país, un trabajador, o un campesino que sacó su boleto por la lotería. A todos les encanta la jubilosa fluidez del deporte como se les devuelve ante los ojos. Las trompetas vuvuzela fueron como una muralla de sonido, gritándoles "¡Adelante!" a los equipos a cada paso de su camino.

Foto: Ceremonia de inauguración de la Copa Mundial FIFA 2010 en el Soccer City en Johannesburgo, Sudáfrica. CC 2.0 (Uploaded from http://flickr.com/photo/28125001@N04/4690776332 using Flickr upload bot)