Provocan furor Bachmann y Santorum sobre esclavitud, "valores familiares"

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WASHINGTON -- ¿Cuánta tolerancia va a ofrecer los votantes a Michele Bachmann y Rick Santorum por haber firmado un juramento racista y homofóbico consintiendo a los racistas en sus campañas presidenciales republicanas?

Bachmann y Santorum dieron una marcha furiosa atrás cuando fue revelado por los medios una cláusula en el juramento proclamando que "tristemente, un niño nacido a la esclavitud en 1860 tuvo más oportunidad de ser criado por su propia madre y padre en un hogar de dos padres de familia que un bebé afronorteamericano nacido después de la elección del primer presidente afronorteamericano de EEUU.

Por increíble que sea, en esa cláusula se da caso omiso a una de las prácticas más horrendas de genocidio de la esclavitud norteamericana: el tráfico sistemático de mamás, papás y sus hijos en subastas, una forma de secuestro legalizado que aplastaba a familias, a veces para siempre.  Esa práctica fue tan atroz que en algunos estados, luego que fue abolido el tráfico de esclavos de África a EEUU,  el repugnante negocio de "criar a esclavos" llegó a ser una industria bastante rentable.

La heroica lucha de las madres esclavizadas fue inmortalizada por Harriet Beecher Stowe en su novela "La cabina del tío Tom," en la cual se describe a Eliza huyendo por el hielo en el Río Ohio con su niño que la iban a rebatar para ser revendido más al sur.

Igualmente racista es el intento en el juramento de echarle la culpa al presidente Obama por la crisis económica devastadora de desempleo masiva y de la pobreza que se está infligiendo a las familias afronorteamericanas durante 35 años de discriminación "último contratado, primero despedido" en una economía de gotera iniciada e implementada principalmente por la derecha republicana.

Titulado "La promesa de matrimonio: Una declaración de dependencia de los matrimonios y de la familia," confeccionado por un equipo ultraderechista de Iowa llamado "El Líder Familiar," la cláusula que alababa a los beneficios de la esclavitud para las familias afronorteamericanas ha provocado tanto ultraje que Bob Vander Plaats, la encargada del grupo, quitó rápidamente la cláusula.

Pero Bachmann y Santorum no deben que escapar tan fácilmente. Ellos reclaman que no leyeron el "juramento matrimonial" antes de firmarlo. Pero aun así, ¿es mejor el juramento luego de quitarse la cláusula racista?  El hecho de que fue quitada solamente después de una tormenta de protesta sugiere que no fue quitado por un cambio repentino de corazón pero más bien para acallar esa indignación masiva.

El precandidato rival republicano Mitt Romney se negó a firmar el juramento. Y el ex gobernador de Utah Jon Huntsman dijo que no firmará ningún juramento de ninguna clase durante su campaña presidencial.

Bachmann y Santorum apoyan con entusiasmo el resto del juramento, en donde el firmante se compromete a oponerse a cualquier mediada que busque reconocer los derechos matrimoniales iguales de gays, lesbianas, bisexuales y la gente transgénero.

Eso va en contra de la clara tendencia tras toda la nación en defender los derechos matrimoniales, más recientemente en Massachusetts y Nueva York.

Bachmann, como la mayor amenaza al éxito de Romney, hasta ahora el precandidato republicano más favorecido, recibió la mayor atención por su campaña, que parece tener una clara tendencia hacia los errores. Recuerdan críticas su denuncia a la NAACP (Asociación Nacional por el Avance de la Gente de Color) el año pasado cuando este grupo pro derechos civiles hizo condenar a "elementos racistas" dentro del tea party, citando a videos mostrando a activistas del mismo escupiendo a legisladores afronorteamericanos y gritando la palabra "N" cuando caminaba estos congresistas por una muchedumbre de manifestantes ultraderechistas fuera del Capitolio. Bachmann, fundadora del comité de congresistas del tea party, dijo que fue "asombrada" por las denuncias de la NAACP y exigió que las "comprueben".

Hay creciente evidencia que Bachmann es una repartidora de odio antigay. Ha mantenido una alianza duradera y cordial con Bradlee Dean, evangelista radial cuyo enfoque principal es la de atacar a Musulmanes y Demócratas, pero a lesbianas y gays en especial. Fue grabado recientemente en el aire elogiando a algunas "naciones musulmanes" que, según él, castigan con pena de muerte a gays y lesbianas (como lo hizo el Tercer Reich de Hitler).

Añadió Dean, sin identificar a las naciones musulmanas que usan supuestamente esa práctica, "Ellos parecen ser más morales que hasta los Cristianos norteamericanos, porque sabe esa gente que la homosexualidad es una abominación. Si América no va aplicar la ley, Dios nos levantará a un enemigo extranjero que justamente sí lo hará".  

Dirigentes lesbianas, gay, bisexuales y transgéneros que el centro de "Orientación sicológica cristiana" "Bachmann & Associates" en el área de Minneapolis, negocio manejado por el esposo de Bachmann, Marcus, está involucrado en la práctica desacreditada sino verdaderamente peligrosa de tratar de "curar" a gays y lesbianas, ignorando la evidencia de que la orientación sexual es algo inherente en la psique humana. Advierten los sicólogos que el concepto de "curar" a la homosexualidad es una forma de estigmatización que inflige sentimientos de culpabilidad, dudas a si mismo, depresión y hasta conduce al suicidio en el caso de jóvenes gay y lesbianas vulnerables.  

R. Clarke Cooper, director ejecutivo de los "Log Cabin Republicans" [Republicanos de la cabina de troncos, refiriéndose al hogar familiar legendario de Abraham Lincoln], una "organización de Republicanos que apoyan a la justicia, la libertad y la igualdad para norteamericanos gay y lesbianas," declara que la homofobia de Bachmann "la va hacer daño electoral si los votantes ven al Partido Republicano, si nos ven a nosotros como intolerantes y atacando a una cierta población de la gente norteamericana. No es una estrategia ganadora".  

Foto: Una familia de Chicago, 1992. Doug Atkins/AP