SOWETO, Sudáfrica - Mientras los resultados de la partida Ghana vs. Uruguay siguen haciendo su impresión, los aficionados sudafricanos y la prensa continúan con su análisis del juego. Y el manotazo ilegal está en las noticias. Esto fue alimentado en gran parte por los propios comentarios de Luis Suárez después del juego, recordando la memoria de la "mano de dios" de Diego Maradona en 1986. Declaró Suárez que "la mano de dios" ya es de él y no de Maradona. Esto echa pimienta picante a las heridas de los aficionados y la prensa africana. Su manotazo ya se ha bautizado "Manos del Diablo" por aficionados y periódicos por toda Sudáfrica, concluyendo todos que se debía que haber concedido un gol a Ghana en vez de un penalti. Eso hubiera arreglado el juego a favor de la selección de Ghana que había trabajado tan incansablemente hasta ese momento.

De las partidas de fútbol, o quizás, los eventos deportivos de cualquier clase que he visto en mi vida, esa partida de cuarto final de la Copa Mundial fue uno de los más emocionantes pero más frustrantes. Luego de 90 minutos enteros estaban empatados 1 a 1. Al término de los 30 minutos de tiempo extra, con apenas unos segundos antes de comenzarse los penaltis, Ghana estaba esforzándose como nunca. Y luego, según comentarios populares por toda Sudáfrica, "¡intervino el diablo!" El portero de Uruguay estaba fuera de posición y el jugador uruguayo Luis Suárez se encontró como la última línea de defensa. Volaba la pelota fuera del alcance de su cabeza o pies, y Suárez cometió una falta, un "manotazo" con ambas manos. Estrechó las manos y golpeaba la pelota, así negando un gol que seguramente hubiera entrado sin su intervención ilegal.

La mayor parte de los comentaristas se refieren a la cuestión de un manotazo deliberado en la zona del gol que evita un gol seguro. Creen ellos que hace falta una revisión por parte de la FIFA.

Mientras tanto la opinión y el deseo populares por acá son que perdiera Uruguay so próxima partida como justicia divina, justo como la selección francesa fue derrotada decisivamente en la primera ronda, debido al manotazo de Theirry Henry que les calificaba contra Irlanda en primer lugar.

Y, como si fuera una respuesta a nuestras oraciones, el golpe fatal nocaut ha sido entregado esta noche en el estadio Greenpoint en Cuidad del Cabo. El nocaut fue proporcionado por la selección holandesa con pleno apoyo de los aficionados sudafricanos y sus amigos por toda África. Las "manos del diablo" quedaban silenciadas.

Soñaron más fuertes las vuvuzelas. Fue como si Holanda estuviera jugando en casa. El oficial trataba de prolongar el juego más allá de los tres minutos de tiempo extra, pero eso no lo ayudaba a Uruguay. Al fin del juego, soñaban las vuvuzelas celebrando la victoria de Holanda. En las calles de Ciudad del Cabo, un joven con dos vuvuzelas, una anaranjada y otra negra, gritaba una y otra vez "¡los Anaranjados lo han hecho por África!" refiriéndose a la selección holandesa. En los estudios Súper Deportes el panel deportivo fue inundado con e-mails de felicitaciones a Holanda por parte de aficionados africanos, algunos diciendo que "han intervenido nuestros dioses" y "Holanda, lo ha a hecho por nosotros".

No importa lo que haya pasado, el sentimiento sobre la Copa Mundial sigue siendo muy positivo por toda Sudáfrica. Los aficionados han prometido seguir llenando los estados para los juegos que quedan y buscan la victoria del mejor equipo en los finales. Y, tocante a África, declaró un autoproclamado "aficionado en jefe" llevando puesto su gorro multicolor makarapa que "¡Ya hemos ganado la Copa Mundial por tanto éxito en ser los anfitriones. Nuestros amigos que nos están visitando son muy bienvenidos a quedarse y unirse a la fiesta luego del fin de la última partida el domingo 11 de julio de 2010. ¡Vamos a festejar hasta altas horas de la madrugada en típico estilo africano!"

Mientras la Copa Mundial llega a su fin, hay una cosa segura: las vuvuzelas van a segur soñando con igual fuerza mientras hacen su marca por todo el mundo. Dicen algunos que los eventos deportivos nunca estarán iguales cuando las vuvuzelas entren a otros deportes, y sus órdenes de producción y compra están por las nubes en todas partes del mundo.

Los tiradores holandesas Arjen Robben (d) y Eljero Elia celebran luego de la partida semifinal de la Copa Mundial 2010 entre Uruguay y Holanda el 6 de julio, 2010 en el estadio Greenpoint en Ciudad del Cabo. Holanda ganó la partida por 3 a 2.

Foto: Luis Suárez de Uruguay detiene el balón con las manos para regalar un tiro penal durante el partido de Copa del Mundo de fútbol de cuartos de final entre Uruguay y Ghana en Soccer City de Johannesburgo, 2 de julio. Ivan Sekretarev / AP