Extorsión republicana exige un "NO" resonante

 

El Partido Republicano y su líder en la Cámara de Representantes, Eric Cantor, están listos a desenchufar a la economía norteamericana si no pueden imponer su voluntad.

Si el techo en el límite de la duda no se levanta para el 2 de agosto, una acción que los Republicanos están resistiendo hasta ahora, el gobierno norteamericano va faltar en sus obligaciones financieras.

Nadie sabe cuáles serían las repercusiones precisas a la economía nacional y mundial si el gobierno federal va a la bancarrota. Pero vale decir que estaríamos entrando aguas no exploradas y tormentosas.

Se les hará daño, y daño duro, al pueblo, tanto acá que a nivel mundial. Una doble recesión estaría casi cierta, y una catástrofe económica no está fuera de la cuestión.

Pero al parecer, a Cantor y a sus colegas republicanos no les molesta este prospecto. Hasta parecen gozar de la idea de una economía fuera de control.

Desde su punto de vista, una falta que manda a la economía a la picada les facilitaría la tarea de imponer una "terapia de choque" al pueblo norteamericano en la forma de recortes profundos y abruptos a los programas y beneficios sociales, las cosas que a nosotros nos pertenecen, porque ya hemos trabajado para pagarlos, como es el Seguro Social

Hay una sola manera de describir esta estrategia: la obra de porros, pandilleros y criminales.

Ellos (junto con sus patrocinadores corporativos) merecen ser llevados al patio trasero y castigados con una buena paliza como a los niños malcriados, pero supongo que no es político eso.

Entonces, ¿qué es político?

Resistir a sus demandas extorsionistas es el único de acción razonable en este momento de crisis. Los trabajadores, el movimiento sindical y sus aliados deben seguir presionando al presidente y a los congresistas demócratas para que hagan una línea en la arena y decir con una sola voz, "Ni modo. No estamos en contra de un compromiso, pero estamos en contra de una capitulación a estas demandas escandalosas de los extremistas de ultraderecha en el Partido Republicano." Hacer recortes arrolladores a los programas de beneficios sociales no está bien para la economía, ni se pueden justificar por sus propios méritos. Quizás nuestros programas de beneficios sociales puedan necesitar unos pequeños ajustes, pero estos siguen siendo fundamentalmente sanos."

Al más largo término, la tarea sobresaliente es la votar por expulsar por expulsar a esta pandilla republicana del Congreso en las elecciones del año que viene.

¿Nos resolvería esto toditos nuestros problemas? De ningún modo, pero lo seguro es que sí ayudaría. Solamente sobre un terreno político más favorable podrían tener la clase trabajadora, las víctimas del racismo, las mujeres, los jóvenes y otros una esperanza de ganar, por medio de la lucha masiva, a las reformas necesarias para dirigirnos a estas condiciones de crisis, al desempleo y a los desbalances financieros, provocados por la crisis económica mundial.

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