Cumbre de la G-20: EEUU contra el mundo?

JOBS520x300

Anticipándose a la Cumbre de los Presidentes del G-20 que se reune en Seúl (Corea del Sur), Estados Unidos decidió unilateralmente el 5 de noviembre una gigantesca emisión de billetes por 600 mil millones de dólares para la compra de bonos del Tesoro.

La medida se conoce como Flexibilización Cuantitativa ("Quantitative Easing" QE, por sus siglas en inglés) porque aumenta la cantidad de dinero en los bancos.

El objetivo declarado de la medida consiste en que los bancos den créditos, que el mayor volumen de dinero en circulación aumente la demanda interna y que las empresas contraten nuevo personal para satisfacerla. De esta forma, se espera que el nuevo programa consolide el proceso de recuperación de la economía, al promover el crédito y la inversión.

Pero lo que es bueno para Estados Unidos es malo para el mundo, que reaccionó con críticas al plan de reactivación económica de "la Fed" (Banco de la Reserva Federal de EEUU), en particular por China, Alemania y Brasil.

Esta política, que se conoce como activar la máquina de imprimir dinero, provocaría una depreciación del dólar a nivel general, y la mejora en la competitividad norteamericana frente a la europea.

El jefe de los ministros de Finanzas de la zona euro, Jean-Claude Juncker, criticó la infravaloración del dólar.

La política de dólar barato de Washington aumenta la presión sobre los principales países con superávit - China, Alemania y Japón - así como sobre las economías emergentes de Asia y Latinoamérica para que reaccionen devaluando sus propias monedas a fin de compensar la ventaja comercial de sus rivales.

"Es el panorama clásico de devaluaciones competitivas y de políticas de "empobrece a tu vecino" que caracterizaron la Gran Depresión de los años treinta y produjeron una fractura del mercado mundial en bloques comerciales y monetarios hostiles", señalan.

El ministro de finanzas alemán Wolfgang Schäuble , quien arremetió contra la inyección masiva de 600 mil millones de dólares considera que EEUU "no resolverá sus problemas en esa forma" y recuerda que "la Fed" vuelve a repetir la misma receta que ya fracasó en forma "horrible".

Aun así, Ben Bernanke, el actual Presidente de la Reserva Federal de EEUU, y su equipo defienden su apuesta. ""la Fed" tiene dos mandatos, dice. Por un lado el pleno empleo, por otro mantener la inflación en torno al 2%. La inflación está baja, pero la economía no se reanima con la rapidez que sería deseable: La compra de deuda persigue que eso cambie".

Se trata de una maniobra inédita "para promover una recuperación más fuerte". Hace ya tiempo que el banco central agotó las tácticas convencionales: los tipos de interés están próximos al cero por ciento y desde otoño de 2008, la Reserva Federal ha inyectado 1,7 billones a través de la compra de bonos, sin que ello se haya traducido hasta ahora en una recuperación económica vigorosa en el país:

Los recién impresos billetes verdes se agregan a los desperdiciados 1.7 millones de millones de dólares previos de la primera fase de la crisis global.

La medida ha colocado en tensión al conjunto del sistema mundial, que ahora debe decidir cómo actuar ante la invasión de dólares que inundarán los mercados de capitales.

Los países emergentes (como Corea del Sur, Tailandia, Taiwán y Brasil) temen que la inyección de dólares por parte de "la Fed" derive en ingresos de capital especulativo a sus propias economías, aumentando el valor de sus monedas, lo que afecta las exportaciones.

El Instituto de Finanzas Internacionales estima que 82,500 millones de dólares fluirán a los países en desarrollo este año, un 42% más que en 2009.

El mes pasado, el ministro de finanzas brasileño advirtió contra el estallido de una guerra monetaria global y durante este mes el gobierno anunció la duplicación de un impuesto sobre compras extranjeras de bonos brasileños en un intento de detener el ingreso acelerado de capital y el aumento relativo de la moneda nacional, el real.

Tailandia adoptó pasos similares la semana pasada.

El encuentro del G-20 se ve como una oportunidad para que los líderes de los países que representan 85 por ciento del producto mundial eviten que se extiendan las "guerras de divisas" y se conviertan en una ola de proteccionismo que podría poner en peligro la recuperación global.

El G20, fundado en 1999, es un grupo de ministros de finanzas y gobernadores de bancos centrales de 20 economías: 19 países más la Unión Europea. Lo integran Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea como bloque.

Alberto Ampuero es periodista radicado en Riverside, California ampueroalberto@yahoo.com

Foto: Queremos puestos de trabajo ahora! Una protesta antes de la reunión de 2009 del G-20, Pittsburgh, Penn. Scott Marshall / PW-Mundo Popular