Lucha de los inmigrantes sigue

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Recientemente investigadores de la Universidad Immaculata encontraron una fosa común con los restos de 57 inmigrantes en Malvern, Pensilvania. Los inmigrantes murieron de cólera, una enfermedad que viene del agua o alimentos contaminados, a dos meses después de llegar a Estados Unidos a trabajar. William Watson, profesor de historia en la Universidad, dice que la evidencia muestra que no todos murieron de cólera, sino que fueron asesinados.

Desafortunadamente, los culpables de este delito nunca serán juzgados ante la ley. Las muertes de estos inmigrantes ocurrieron en el 1832, 177 años atrás.

Como hoy, estos inmigrantes irlandeses venían a EEUU por razones económicas. Los 57 vinieron para trabajar construyendo los ferrocarriles.

Igual como hoy pasa con los latinoamericanos que inmigran a este país, los irlandeses fueron víctimas de discriminación simplemente por ser irlandesas. Vale notar que, como hoy, los irlandeses en esa época a veces se alistaban en el Ejército de EEUU buscando que los aceptaran. Durante la guerra de EEUU contra México, un batallón de irlandeses vio que el “enemigo” era gente pobre trabajadora, como ellos, y cambiaron para formar el Batallón San Patricio y pelearon por los mexicanos.

En el mismo estado de Pensilvania, millas al noroeste de Malvern, para esa misma época, obreros en las minas de carbón empezaron a luchar por sus derechos. Estos eran provenientes de diferentes países europeos. Hoy en una de esos pueblos allá, Hazleton, el gobierno local propuso leyes municipales dizque contra los indocumentados, pero que afectan no solo a todos los inmigrantes hispanos, sino que afectan a los negocios que usan los inmigrantes.

La verdad fue que algunas de las leyes no tenían nada que ver con los que no tienen papeles. Por ejemplo, implementaron una ley que no se puede hablar ningún idioma excepto el inglés en el ayuntamiento. Esto afecta a todos que no hablen inglés, inclusive a los ciudadanos.

Organizaciones latinas y por los derechos civiles demandaron a la ciudad de Hazleton y pudieron conseguir que revocaran las leyes contra inmigrantes.

En Tejas, con una población que es 30 por ciento hispana, en su mayoría mexicana, implementaron una ley que les niega a los inmigrantes no ciudadanos permiso para conducir. La ley afecta no solo a los indocumentados, sino que a los que tienen su residencia y los que los que están aquí como trabajadores temporeros. Un tribunal ha paralizado las nuevas regulaciones por el momento.

Este historial muestra que a pesar de que se eligió a un nuevo presidente que dice estar comprometido con la reforma migratoria, el pueblo no debe solo depender de esa promesa.

Tenemos que estar activo con los congresistas y en las protestas a favor de una reforma migratoria.