Era Comunismo. Era todo amor.

Aquí publicamos del prefacio al libro Mi Opinión de la sindicalista, anarquista y feminista puertorriqueña Luisa Capetillo, publicado en 1911. Capetillo fue una dirigente obrera, por los derechos de la mujer y la justicia social. Capetillo empezó su vida laboral como una lectora en una fábrica de cigarros, leyendo periódicos, novelas y otros libros a los tabaqueros. Además de Puerto Rico, Capetillo vivió en Nueva York, Tampa y Ciudad Ybor en Florida, y en Cuba.

Al publicar estas opiniones, lo hago sin pretender, recoger elogios, ni glorias, ni aplausos. Sin preocuparme de la crítica de los escritores de experiencia.

El único móvil que me impulsará a dar a la publicidad este tomo, es decir la verdad; la cual, aún aquellos que están en mejores condiciones y con más talento para decirlo no lo hacen. ¿Por qué? por susceptibilidades de opinión, por no apoyar conceptos de una idea, cuya doctrina, la consideran utópica. Ese modo de juzgar no es suficiente para no publicar las verdades que encierra.

Todo lo que no puede realizarse inmediatamente es utópico. El éxito de un negocio es utópico, pues lo mismo hay probabilidades de ganancia, que de pérdida.

To lo que se asegura para época furua, de cualquier índole que sea es utópico. Es cuestión de opinión... Mas yo entiendo que lo que otros consideran utópico, es en mi concepto realizable.

La idea de “La Fraternidad Social y Benéfica” era utópico para muchos.

¿Y queréis una idea más fácil de practicar? No era Anarquía; no se llamó Socialismo. Sin embargo, muchos que vieron el fondo de igualdad, temieron, y se opusieron, diciendo que era utópico, que era un medio de explotación.

Era Comunismo. Era todo amor. Los que acusaron a los iniciadores, de encubridores de una nueva forma política; de explotadores, ¿quienes eran?

Los que vivían y viven de la ignorancia del pueblo trabajador. ¿Dijeron verdad? No, falsearon los hechos, calmuniaron a sus apóstoles! ¿Qué concepto tenemos de los que se oponen a todas las ideas de igualdad, y libertad humana? La de traidores y judas del Maestro. Todos los que juzgan una idea llevada a la práctica, utópica, son obstáculos, y los obstáculos deben empujarse a un lado. Son los que entorpecen las grandes iniciativas, las obras de bien.

Y aun así, se llaman patriotas y padres de la patria.

¿Qué concepto de la patria tendrán? Un concepto egoísta, que empieza con ellos y termina en ellos. Ellos lo son todo.

No hay nada más perjudicial al éxito de una empresa, que la timidez, el apocamiento, la duda. Una especie de cobardía, que creo que solamente la poseen los vagos. No creo nada imposible; ni me absorbo de ningún momento ni descubrimiento, por la práctica. ¡Empezar! Lo demás, es debilidad, y un concepto errado del poder humano.