El ‘plan de juego’ para América Latina

Comentario

El mes pasado en el diario The Boston Globe, apareció un artículo por un profesor universitario, Abraham Lowenthal. El artículo se llamaba “Un plan de juego para América Latina” ¡Qué típico de los norteamericanos!

América Latina está compuesta por 25 naciones, incluyendo las islas de Cuba, República Dominicana y Puerto Rico. Cada nación con su propia cultura, su gente, su idioma, y sus tradiciones. Pero para los Estados Unidos de Norteamérica, el continente sur merece “un plan de juego”. No interés, conocimiento, curiosidad, por ende.

Pero en esto no hay nada nuevo. La Doctrina Monroe declarada a principios del Siglo XIX por el entonces presidente de los Estados Unidos, James Monroe. Prácticamente declaró que el continente sur estaba bajo la hegemonía del país del norte. Hasta este momento, el nuevo gobierno de los Estados Unidos bajo la presidencia de Barack Obama ha principiado cantar oberturas a la nación de Cuba. ¿Para así logar un entendimiento? ¡No! Para un sometimiento “amigable”.

Hay que ver que no hay existencia posible entre el socialismo y el capitalismo. Representan dos totalmente antagónicos sistemas de vida, comprensión de lo que es de valor en la existencia del hombre y lo qué es ajeno a sus necesidades y aspiraciones. El ser rico significa todo para el capitalista, casi nada para el socialista. Pare el capitalista el pueblo son “ellos”, pare el socialista el pueblo es “nosotros”. En el capitalismo el éxito es lograr riqueza, no importa como, así como el primer Rockefeller se hizo rico vendiendo rifles defectuosos a los ejércitos del Norte y el Sur durante la guerra de secesión de 1861-1865 en los Estados Unidos.

Quizá la diferencia más concluyente ente el capitalismo y el socialismo es la necesidad de guerra para el primero y la necesidad de paz para el socialismo. Es así que desde la Segunda Guerra Mundial la economía de los Estados Unidos fue siendo militarizada, gastando enormes sumas de dólares en productos destructivos que minan, socavan la vitalidad del país y tan solo tienen uso en vender o regalarlos a dictadores en el extranjero para someter a sus pueblos. Este gasto resulta ser insostenible. Estados Unidos gasta más de la mitad de sus recursos en artículos militares que los 45 países que lo siguen.

Regresando al tema del “juego latinoamericano” como escribió el señor en The Boston Globe, mirar a América Latina como su fuera el patio trasero de la casa de uno crea ciertas condiciones. La gente que habitan este “patio trasero” nunca aparecen como gente verdadera – os ea uno los mira de arriba par abajo. Y si algunas de estas gentes penetran en el vecindario de la casa de uno, son utilizados pero siempre considerados diferentes y algo inferior.