¡Alto a la locura anti-inmigrante en Arizona!

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La locura anti-inmigrante que actualmente se desarrolla en Arizona demuestra la urgente necesidad  de que el presidente Obama y el Congreso hagan más para componer el estropeado sistema de inmigración de EEUU, dicen partidarios de la reforma migratoria.

Argumentan activistas pro derechos migratorios que los legisladores del estado de Arizona ya están a punto de promulgar una de las medidas anti-inmigrantes más reaccionarias de todos los tiempos, una propuesta que daría a la policía local el derecho a detener  a quienes quieran  bajo el pretexto de una "sospecha razonable" y poner en tela de duda el estatus legal de cualquier persona detenida.

El proyecto de ley SB-1070 fue aprobado 35 a 21 en la Cámara estatal de Representantes.  Se define la falta de documentos migratorios apropiados como delito menor [misdemeanor] en Arizona. La propuesta les concedería a policías locales el derecho a detenerles a sospechados de andar sin documentos y a aquellos que no puedan verificar sus estatus legal.

Aprobó el senado estatal medida similar a principios de año  y se espera que el gobernador republicano Jan Brewer  firme el proyecto de ley.

Actualmente, los delitos de inmigración son violaciones de la ley Federal y no de la ley estatal, y oficiales locales de policía pueden preguntar sobre el estatus  migratorio de uno solamente si esa persona es sospechada de otro delito.

Dicen los críticos que si el proyecto de ley mencionado en Arizona llega a ser ley, daría luz verde a un mayor perfilamiento racial y étnico por parte de agentes de policía locales y municipales.

David V. Hernández, vicepresidente ejecutivo de la AFL-CIO de Arizona y director ejecutivo de la Federación de Trabajadores de Maricopa, dijo en una entrevista telefónica que  "Arizona se está volviendo cada vez más un estado policíaco. El público en general se encuentra cada vez menos seguro en nuestras propias comunidades y teme a nuestro propio gobierno. Es muy preocupante, especialmente para todos los latinos del estado".

Señala Hernández que "Es la gente con menos poder que siguen siendo las víctimas más fáciles de tales medidas draconianas,  y los ciudadanos estadounidenses se sienten menos iguales debido a tales leyes".

Agrega Hernández que a nivel de base hay mucha gente luchando por los derechos del inmigrante. Sin embargo, últimamente en las manifestaciones pro-inmigrantes, en las que participan grupos civilizados y no violentos, se ha notado siempre más hostilidad agresiva por parte de lado opuesto.

"La tolerancia a la intolerancia es cada vez más la norma y los medios de comunicación  aquí siguen prestando credibilidad  a los grupos anti-inmigrantes que dicen estar tomando medidas enérgicas contra 'extranjeros ilegales,'" dijo Hernández.

Hernández dice que fue detenido por la policía en dos ocasiones, y en una ocasión fue esposado y expuesto a revisión corporal frente a sus hijos que estaban con él en el auto. Dijo que fue interrogado sobre su ciudadanía, pero nunca se le dio ninguna multa y eventualmente fue puesto en libertad.

"Para comenzar, yo nunca debía haber sido detenido", dijo.

La policía local no está capacitada para tratar de asuntos federales de inmigración, dice Hernández.

"La gente necesita que se le recuerde de cuáles son nuestros valores como estadounidenses: un conocimiento básico de los derechos humanos, que a todos se les debe tratar con dignidad y respeto", dijo.

Mientras tanto, este jueves el Servicio de Inmigración y de Aduanas norteamericano [ICE, o "hielo," por sus siglas en inglés] arrestaba a 47 personas en Phoenix, diciendo que actuaba contra una red de traficantes de ilegales que supuestamente utilizaba empresas de transporte para facilitar el ingreso a miles de inmigrantes por la frontera Arizona-México hacia el norte de EEUU.

En una teleconferencia el viernes, Isabel García de la Coalición por los Derechos Humanos basada en Tucson dijo que más de 800 agentes del ICE llevando pasamontañas y portando armas cargadas lideraron el ataque convirtiéndose esto en la mayor acción policíaca en la historia reciente.

"Esta manifestación masiva de fuerza tuvo como propósito el aterrorizar a nuestras comunidades", dijo García.

Declaró García, "Estamos exigiendo respuestas a la administración Obama y al Departamento de Seguridad de la Patria, porque lo que está pasando en Arizona es simplemente inaceptable". Activistas pro derechos migratorios dicen que lo que hace falta es el liderazgo a alto nivel para hacer lo correcto, por controversial que sea; una reforma total del sistema migratorio del país. Si el gobierno federal no lo consigue hacer, esto deja abierta a los legisladores estatales como los de Arizona una oportunidad para tomar sobre sí mismos la facultad de pasar leyes draconianas contra los inmigrantes, sostienen estos activistas.

"Con lo mal que van las cosas, sólo va a empeorarse si el presidente Obama o la Secretaria de Seguridad de la Patria, Janet Napolitano, no toma una posición de antemano, lo que sería correcto", dijo Hernández.

"No podemos permitir que sigan así los que actúan a nivel estatal saliendo con tal locura que viola a nuestros derechos constitucionales más básicos", dijo

"Simplemente no parece existir por allá la valentía como para llegar a resolver el tema de la reforma migratoria, y mientras más tiempo se dejan inadvertido los sentimientos anti-inmigratorios, llegan a ser más aceptados" añade Hernández.

Y Arizona, con sus tácticas de terror anti-inmigrante en curso, con una creciente desconfianza en la policía y una clara intolerancia, puede llegar a ser programa piloto para el resto del país, dice Hernández.

Líderes pro derechos civiles están instando  al gobernador de Arizona Brewer a vetar la ley, que según ellos, abriría la puerta  a una discriminación injusta tanto contra los inmigrantes que contra ciudadanos norteamericanos por igual. Hasta que el Congreso no apruebe una reforma migratoria, los estados seguirán tomando asuntos en sus propias manos  y las comunidades y las familias seguirán siendo aterrorizadas, agregan.

"La urgencia de componer este sistema estropeado no puede ser exagerada", dijo la presidenta del Consejo Nacional de la Raza, Janet Murguía, en un comunicado de prensa reciente. "Cuanto más tiempo pasa, se desintegran más familias, se niegan más oportunidades para la educación, y se erosionan más los valores tradicionales norteamericanos", dijo.

Foto: Warren Stewart, pastor de la Primera Iglesia Bautista Institucional en Phoenix, dirige a la multitud en un mitin en el Capitolio de Arizona en Phoenix contra un proyecto de ley de las leyes migratorias, 20 de abril. Amanda Lee Myers/Prensa Asociada.