Llama Comisionado de Trabajo de Oklahoma trabajadores públicos, "marranos salvajes".

TULSA, Oklahoma - Durante la reunión del 13 de septiembre del Club de Mujeres Republicanas del Condado de Tulsa, el Comisionado de Trabajo de Oklahoma, Mark Costello, hizo comparar a los trabajadores del sector público de Oklahoma a "marranos salvajes". Yendo aún más lejos, dijo él que "No sé si Uds. saben mucho de los cerdos salvajes, pero reproducen tres o cuatro veces al año, comen todo de todo, y creo de alguna manera que hay alguna comparación entre burócratas y marranos salvajes". La ironía de esto es que el Comisionado de Trabajo mismo es un burócrata gubernamental que gana casi 10 veces lo que gane un empleado municipal promedio. Sin embargo, además de ser ofensivos e hipócritas, las palabras de Costello sirven como recordatorio urgente del asalto a nivel nacional contra los derechos de la gente trabajadora a la negociación colectiva.

Representantes del movimiento sindical de los trabajadores y otros que apoyen a las familias trabajadoras de Oklahoma denunciaban rápidamente los insultos de Costello y demandaban su renuncia. Pero Costello, dueño de un negocio, ha defendido sus palabras y ha anunciado la formación de una organización 501©(4) que será dedicada a dificultar la recolección de cuotas sindicales de los agremiados. Esta es otra de una serie de iniciativas que han tomado los políticos ultraderechistas de Oklahoma para minar capacidad de los trabajadores a mantener una voz en negociar los términos de su empleo. Lo que resulta aun más amenazante es que el Comisionado de Trabajo es un oficial elegido cuyo deber es el de proteger y defender las leyes que afectan a los trabajadores de Oklahoma. Pero muy al contrario, desafía descaradamente la ley, comparándoles a los trabajadores a animales salvajes.

Queda la ideología expresada por Costello y compinches peligrosamente cerca a la retórica de los eugenicistas, el movimiento seudocientífico pre-Nazi que comenzó en EEUU y que argumentaba que los pobres y las capas bajas de la clase trabajadora son menos evolucionados que los ricos. Esta ideología se extendía a Europa en donde tipos como Adolph Hitler y su Partido Nazi llegaban a ser sus mayores partidarios. En su libro infame de 1925, Mein Kampf, él expresa puntos de vista sobre los trabajadores sindicalizados que claramente tienen eco hoy en día. Escribió Hitler:

Ya que los inferiores siempre resultan más numerosos que los superiores, los anteriores siempre crecerían más rápidamente si poseerían las mismas capacidades para la sobrevivencia y la procreación de su raza; y la consecuencia final sería que los de mejor calidad se verían obligados a retroceder a los márgenes. Es por eso que tiene que intervenir una media correctiva a favor de la mejor calidad. ... Los más débiles tendrán que ser sometidos y por eso restringidos en sus números , pero aun aquella porción que sobreviva no pueda multiplicarse indiscriminadamente, porque aquí pasa una nueva y rigorosa selección según la fuerza y la salud.

Basta comparar estos comentarios a los de Costello sobre "marranos salvajes" para ver que el Comisionado de Trabajo de Oklahoma (en si un millonario) comparte la creencia nazi de que los ricos atienen sus riquezas porque son genéticamente superiores a la gente trabajadora. Se oponían los fascistas europeos a los sindicatos laborales porque creían que los trabajadores organizados son como una manada de animales salvajes que se reproducen más rápidamente que los ejemplos superiores de la raza humana (los ricos) y que hacen demandas injustas a los ricos. Evidentemente, el Comisionado de Trabajo de Oklahoma está completamente de acuerdo con la filosofía fascista en este punto.

Pero en realidad, es la gente trabajadora que hace funcionar la sociedad humana. Sin trabajadores no hay civilización, ni riquezas que poseer para los ricos.

Pero los comentarios insultantes contra la gente trabajadora han llegado a ser cosa de todos los días mientras elementos extremistas del "conservadurismo" norteamericano han llegado lentamente a ser la ideología dominante del Partido Republicano. Recuerden que el ex gobernador de Oklahoma, Frank Keating, les calificaba a los maestros de su estado como "babosas". Por eso, además de exigir la renuncia del Comisionado de Trabajo de Oklahoma, es importante reconocer que el asalto a más largo plazo contra los derechos del pueblo trabajador de Oklahoma no es simplemente el acto de un oficial elegido arrogante, pero más bien forma parte de un esfuerzo coordinado por parte de ciertos políticos por minar a las organizaciones que protejan a los trabajadores. Aun si renunciaría el Comisionado actual del trabajo, solo ha comenzado la batalla por los derechos de la gente trabajadora de nuestras comunidades.

Para ganar esta lucha, tenemos que comprender la base histórica de la fea ideología facistoide que está siendo propuesta por muchos de los políticos tal llamados "conservadores" de hoy. La conclusión de su lógica degenerada es la de salarios más bajos, menos beneficios, y una democracia debilitada. Cuando les permitimos a deshumanizar a la gente trabajadora comenzamos por el sendero que producía la esclavitud y los campos de trabajo forzado. Es por eso que tenemos que denunciar esta retórica y luchar contra esta ideología donde quiera que levante su cabeza. En un momento cuando el gobierno ha llegado a ser dominado al exceso por los ricos, y cuando los ejecutivos de las corporaciones multinacionales posean más "palanca" que la voluntad democrática del pueblo norteamericano, hay que defender a nuestros sindicatos y reconocerlos como la última línea de defensa para que los trabajadores tengan algo que decir sobre sus propias vidas.

Aquí los dirigentes sindicales ya están exigiendo la renuncia del Comisionado de Trabajo Costello, y se están preparando a tomar la ofensiva en la lucha por asegurar que respeten los oficiales elegidos a los derechos de la fuerza laboral pública de Oklahoma a la negociación colectiva. Todos los residentes de Oklahoma, sindicalizados o no, deben resistir cualquier esfuerzo, sea por parte de los multinacionales de afuera del estado o de sus lacayos dentro de nuestro estado, a atacar a nuestras organizaciones democráticas locales y a nuestros derechos democráticos.